1- Tortugas verdes de Florida y México
Las tortugas
verdes marinas (Chelonia mydas) que habitan en Florida y en la costa oeste de México, acaban de salir
de la lista mundial de especies en peligro de extinción.
Han estado protegidas
desde 1978 y hoy
algunas han sido reclasificadas por el National Oceanic and Atmospheric
Administration (NOAA) Fisheries y el US Fish and Wildlife Service, como especies amenazadas.
Desde finales de los
años setenta hasta la fecha que se ha incrementado
el número de tortugas verdes, gracias a los exitosos esfuerzos de conservación
que han podido recuperar sus poblaciones en dichas zonas.
Si bien estas tortugas
que llegan a medir poco más de un
metro y a vivir 100 años, ya no tienen el peligro inminente de
desaparecer, aún se deben mantener bajo vigilancia, ya que aún se enfrentan a amenazas
como las redes de pesca, la
alteración de su hábitat, enfermedades y desechos marinos.
Este cambio también divide la población de tortugas verdes de todo el mundo en 11 subpoblaciones para permitir que los conservacionistas organicen mejor su tarea. Así por ejemplo, las poblaciones en los mares Mediterráneo, Pacífico Sur y Pacífico Occidental, siguen estando en peligro de extinción.
2- Manaties
Recientemente, los
manatíes perdieron su estatus como ‘en peligro de extinción’ bajo una propuesta
anunciada por los directores del área de ‘Vida Salvaje’ federal (E.U.A.),
quienes afirman que el mamífero marino se ha recuperado increíblemente desde
que comenzó a protegerse en 1967.
El Servicio de Pesca y
Vida Silvestre de los E.U. reclasifico al manatí de ‘en peligro’ a ‘bajo
amenaza’ en respuesta a una revisión iniciada por una petición de la Fundación
Legal del Pacífico, un grupo de defensa legal de libre mercado que representa a
dueños de propiedades en la costa del golfo.
La agencia menciona que
la especie, una de las primeras de la nación en ser clasificadas como ‘en
peligro de extinción’, ha crecido su número en las últimas décadas y parece ser
lo suficientemente robusta para encarar un riesgo bajo de ser extinta.
“La población actual
estimada es de uno 6,350 manatís en el sudeste de los E.U.A y 532 de estos en
Puerto Rico,” el servicio de vida silvestre escribió en un notificado que fue
publicado oficialmente. “Estos número reflejan un porcentaje de probabilidad de
extinción muy bajo para este animal durante los próximos 100 años.” Una especie
clasificada como ‘bajo amenaza’ retiene virtualmente las mismas protecciones
contra ser asesinada que una en ‘peligro de extinción’. Agencias de gobierno de
los Estados Unidos deben tomar en cuenta aprobar el desarrollo de otras
actividades que pudieran afectar a la especie; vigilias y multas para los
navegantes que las ignoren seguirán vigentes.
3- Osos pandas
Los osos pandas ya no están en peligro de extinción,
al menos de acuerdo a Zhang Hemin el director del Centro de Investigación y Conservación del Oso Panda quién
explicó que las técnicas de embarazo han avanzado tanto que "se podrían producir cachorros a demanda".
El número de pandas
nacidos en cautiverio en China se ha triplicado desde el año 2000, en Wolong
han nacido 19 osos lo cual, de hecho, implica una saturación algo nunca
imaginable 15 años atrás. De acuerdo a Zhang tienen un plan para garantizar la
supervivencia de la especie por los próximos 100 años al menos.
4- Ballenas jorobadas
La administración
Nacional Oceánica (NOAA por sus siglas en inglés) reclasificaría a la ballena jorobada en 14 segmentos de población
diferentes, 10 de los cuales ya no estarán en peligro de extinción. Esto
permite un enfoque de conservación más personalizado y puntual.
“Los esfuerzos de
protección y restauración en los últimos 40 años condujeron a un aumento en el
número y en la tasa de crecimiento para las ballenas jorobadas en muchas
áreas”, indicó la NOAA.
De los cuatro tipos de
ballena jorobada que quedan, solo dos deben ser consideradas en peligro de
extinción, las del mar Arábigo y Cabo Verde, y las del noroeste de África. Los
ejemplares de América Central y el oeste Pacífico norte pasarán de estar en
‘peligro de extinción’ a ‘amenazados’.
5- Caimán aguja
Un trabajo de
protección y conservación realizado por la Corporación Autónoma Regional de los
Valles del Sinú y San Jorge (CVS), durante los últimos 10 años, permitió
rescatar al caimán aguja, que estaba en peligro de extinción.
La especie, cuya
reproducción se da, especialmente, en la zona manglárica de Córdoba, era
perseguida indiscriminadamente por cazadores que comercializaban su carne y
piel sin control sanitario ni ambiental.
A través del programa
de conservación y estabilización en la bahía de Cispatá, la CVS inició un plan
de educación con los cazadores, al tiempo que se iniciaron controles en la
captura y venta.
El resultado fue la
creación de un proyecto piloto de conservación que permitió concientizar a los
pobladores de la zona de la importancia de mantener viva la especie. Los
antiguos perseguidores de los caimanes se convirtieron en sus protectores.
Con estanques de
conservación e incubadoras artificiales se dio inicio al plan que a la fecha ya
cuenta con 8 mil reptiles que han sido liberados en la zona manglárica, cuya
convivencia y estado de salud es monitoreado por los mismos protectores.
A cargo de este
programa están los biólogos Giovanni Ulloa Delgado y Clara Lucía Sierra,
quienes replicaron el programa a nivel internacional.
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